Tuve el privilegio de estar presente en éste momento histórico acontecido en el Salón Parroquial de Santa Lucía de Moche, en la última visita del LIDER INDOAMERICANO a nuestro distrito, en el que el C. Jefe Víctor Raúl y el Padre Emilio Lefebvre se confunden en un fraternal abrazo. Al evocar nostalgicamente su niñez por las calles de Moche, Víctor Raúl nos comenta su FERVIENTE AMOR POR NUESTRO PUEBLO, originado en sus calles y los campos de la Campiña de Moche. El c. Jefe, al llegar a Moche luego de una agitada y laboriosa mañana, decide reposar en un sillón ubicado en la sala de la Parroquia. Allí le solicita al Padre Emilio que le otorgue su bendición, a lo que éste accede presuroso. El Jefe recibe las bendiciones sentado en ese sillón, luego se levanta como un resorte, se pone de pie frente al Padre Emilio, apoyando su frente a la del Padre y ambos lloran y confunden sus lágrimas por varios minutos en un ETERNO ABRAZO. Los dos lloran: Haya por la bendición recibida y el Padre Emilio por la SENSIBILIDAD demostrada por tan importante, PRECLARA e ILUSTRE personalidad. Luego HAYA DE LA TORRE pide que lo lleven a la Iglesia para adorar a la imagen de nuestro SEÑOR DE LA MISERICORDIA, acto en donde Haya demuestra una vez más su FE, SU DEVOCIÓN Y PROFUNDO AMOR A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
He querido recordar éste momento inolvidable, en el que HAYA DE LA TORRE demuestra una vez más su amor por el Pueblo de Moche. Asimismo, es éste el instante en el que yo quedo marcado a fuego e impregnado por la FE, LA ENERGIA, LA CALIDEZ Y SENCILLEZ del GRAN LIDER APRISTA. He decidido hacer conocer en mi blog éste suceso histórico de dos PERSONAJES ILUSTRES E HIJOS MUY QUERIDOS POR MOCHE para que los mocheros siempre tengamos presentes de por qué Moche siempre será el SANTUARIO DEL APRISMO.
Posteriormente, el c. JEFE se dirigió, en aquella oportunidad, en el Salón Parroquial, a jóvenes de entre 15 y 20 años que acompañábamos al Padre Emilio. Allí nos contabas sus anécdotas en nuestro distrito, de su vínculos de amistad con muchos mocheros y de su agradecimiento a aquellos hijos de Moche que entregaron su vida por UNA CAUSA: LA DOCTRINA APRISTA en la ciudadela de Chan Chan, en la REVOLUCION DE TRUJILLO. Es así como Víctor Raúl explica su gran AMOR por Moche.
Luego sucedió un instante de felicidad para mi, un momento de sublime eternidad, fue al estrechar la mano del JEFE. Mi aprismo nace desde mi niñez pero quedó sellado perennemente en ese momento.
Después que Víctor Raúl saludó a cada uno de nosotros, los jóvenes de aquel entonces, el Padre Emilio le pide que lo ayude en la reconstrucción de una de las torres caídas de la Iglesia en el terremoto del 70', a lo que Haya aceptó gustoso. Obra que se vio plasmada, aproximadamente, por abril de 1979. En esa época yo tenía 16 años y hacía labores sociales junto al recordado Padre Emilio.
Desde aquel ABRAZO HISTÓRICO E INOLVIDABLE, el Padre Emilio queda ligado para siempre con Víctor Raúl, convirtiéndose en su sacerdote personal, visitándolo en varias ocasiones en Villa Mercedes. Y en las últimas horas del JEFE, el Padre estuvo junto a él,otorgándole la extrema unción antes de partir.
Fue tanto el amor que tuvo Víctor Raúl por Moche que en sus últimos minutos de vida, al despertarse de una siesta, se levanta y le dice al c. Jorge Idiaquez: "SOÑÉ QUE ESTABA EN MOCHE. ESTOY YENDO DE MOCHE PARA TRUJILLO"; una señal que comprueba que hasta en sus últimos minutos nuestro QUERIDO COMPAÑERO JEFE tuvo siempre presente a nuestro Pueblo.
Al fallecer Haya de la Torre, en su peregrinar de Lima a Trujillo, fueron pocas las ciudades en las que fue velado el cuerpo del JEFE y por orden del c. Jorge Idiaquez es que entra a Moche. Es aquí el momento en el que el Padre Emilio le ofrece una Misa de cuerpo presente y ante la multitud que acompañaba al cortejo, la misa tuvo que hacerse en la Plaza de Armas de Moche. Aquí yo me encontraba junto al féretro, cantándole al Jefe, junto a los demás integrantes del CORO Parroquial.
El Padre Emilio le regaló al VIEJO LEÓN un hermoso SERMÓN, en el que destacaba la VIDA SACRIFICADA de Víctor Raúl EN FAVOR DE LOS MAS POBRES. Al finalizar, Emilio lo despide con éstas palabras: "QUE TUS OBRAS TE ACOMPAÑEN, VICTOR RAUL", y lo decía porque sabía que cuando EL ALTÍSIMO haya de juzgar a nuestro QUERIDO VIEJO, éste iba a ser redimido de sus pecados, por haber sido SUS OBRAS MÁS GRANDES que sus errores y sus debilidades humanas...
VICTOR RAUL... SIEMPRE CONTIGO!!!